Pages

Del amor II

Como en uno mismo conviven el yunque y la rosa, tenemos contradicciones. Porque el intelecto y el corazón colisionan. Lo que al sentir parece inevitable y absoluto, es para la razón insensatez. Lo que para la razón es lógico y coherente, a todas luces es para el corazón una entelequia.
Luego de pensar en el lado oscuro del amor, y de verbalizar los horrores que me acechan, recordé lo que escribió Herman Hesse con sabias palabras:
"Supe que ser amado no es nada; que amar, en cambio, lo es todo"
Que paradoja, el existencialismo más salvaje se cubre a veces en un bálsamo de acietes y caricias.
Así es la naturaleza humana. Pero no quiero distraerme. El amor invade, es difusivo, es ineludible y su objeto está en sí mismo. Como la alegría. Nadie tiene o encuentra razones para amar. Nadie puede alegrarse a voluntad. Ambos contagian sin razón.
El amor, aunque a veces egoísta, ama sin dudar, como una pulsión inequívoca y salvaje. Si correspondido, dulce como la miel. Si desdeñado, hiel y dolor. Pero siempre amor, injustificado, irracional, primario, primitivo.
Amor, motor. Amor de muerte o amor de paz.
Hay que amar. No queda otra, y abrazar este principio que, o te carcome o te alimenta.
Parafraseando y editando a Erich Fromm:
No hace falta necesitar para amar, dado el caracter irreverente y atrevido del amor. Pero cuando se ama, es imposible no necesitar.

btemplates

1 comentarios:

Chango dijo...

Gracias Chamán. En esta reflexión me sumo en mi totalidad.

Publicar un comentario