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Gilda, al oeste

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Este momento, este lugar...


...tiene algo. En su mundo de gente, una presencia resalta y se destaca por sobre los demás. Causa muchos recuerdos y sensaciones que desearía compartir.
Ganas irremediables de abrazar contenidamente a ese ser, y llorar infinidades de represiones guardadas, para al fin ser libre de mi propia celda que me impide lograr ser ese quien tanto me asusta.

En esa luz veo todo ese deseo depositado en mi interior, de ser todo lo que no puedo ser, o lastimosamente, no me permito ser.

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Culto

Aunque la verdad absoluta me fuera revelada, soy conciente de que en ninguna instancia de mi vida sería capaz de comprender la dimensión infinita de tu belleza, siendo esta sensible a mi tacto y mirada, un reflejo perfecto de mi amor al amor.

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Para el fin de semana largo


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Cortázar lee a Cortázar


Capítulo 7 del libro Rayuela, de Julio Cortázar, leído por el mismo Cortázar. Increible. No hagan caso a las imágenes...solo el audio es lo que vale.


Clickear aquí para leer el texto...

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

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Tinariwen para el mundo...

Por favor aprecien....

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Comienzo y final del ciclo

Inconscientes manos lo abrazan, lo llevan. Penetran su ser como pequeñísimas espadas armónicas cargadas de sonidos que invaden. El ser es uno, el sonido es más. Falsas esencias cargadas de bajos, un piano al fondo y su voz. Ahora un ritmo inconsciente, una viola zapando con tonalidades descendentes.


Perfectas melodías sintetizadas en búsquedas de lugares del alma. No es él, no está más. Soledad incondicional, sólo voces, sonidos y ecos rebosantes de perfección. De repente una voz que completa el espectro. Se apaga, se prende, elabora melodías irreconocibles, que no se reconcilian con el gris. Este gris del día, el gris del ser. La búsqueda. El amor que no llega, el sexo que todo lo puede, apaga sus sentidos, cargados de emociones pasajeras, fugaces. El fluir de cuerpos que se entrelazan, cubiertos de sal que no dejan ver. El más allá es el más acá. Niebla, ocurrencias sin filtro, personas que pasan, sólo sombras. Apenas recuerdos emotivos de momentos, que se van, que se escapan. Granos de arena que brotan de sus manos, sus caras se confunden en estrechas situaciones.

¿Y ahora? ¿Cuál será el fin de tal entelequia? ¿Se encuentra? ¿Se busca? ¿Se ubica en tiempo y espacio? Él y ella no son más uno, dos seres que fluctúan en el espacio, el universo ha dispersado sus esencias, caminos que no se cruzan y senderos paralelos los dirigen a un futuro incierto. Se han perdido todas las certezas. El error, el engaño describen su eterno girar a partir del desencuentro. Como perdidos buscan en círculos. No se miran, no levantan la cabeza, se difuminan sus espacios.

Ahora todo es silencio. A lo lejos se perciben sonidos que vuelven a encontrarlos, pero está muy lejos. Ella está muy lejos. Y él está solo, como nunca había estado. Pero el volumen aumenta y lo orienta, el fuego es apenas un color. Rojos, naranjas y amarillos pétalos que se elevan en el horizonte. No se pregunta más, ya nada cuestiona su inevitable destino. Y allí va, es parte del todo, parte de la nada.

Un ejército indómito lo persigue. Se acuesta y espera el final. Cada vez más cerca, cada vez más….

Pero no es lo que quiere y sabe que no. No concluirá su historia con un fade out. Tiene que ser algo abrupto, impensado, ecléctico, coral… Esa premisa lo enciende y con el cuerpo erguido emprende un nuevo recorrer. Esperanzado, con la vista clavada en los posibles sucesos, en el devenir. Y sonríe, sonríe como nunca antes lo había hecho. Se percata del invariable cambio de escenario, de todos los espacios que podrán acontecer.

Ahora un ritmo consciente, una viola elaborando tonalidades ascendentes. Reales esencias cargadas de bajos, un piano al fondo y su voz renovada. El ser es uno, el sonido es más. Penetra su ser como gigantescas espadas armónicas cargadas de sonidos que invaden. Conscientes manos lo abrazan, lo llevan.

Chango

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The Eraser

Dedicado a uno de nuestros seguidores....

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Buen fin de semana

MARCELO D2