Pages

Fotoescritura



En una tarde de lluvia,
un cigarrillo húmedo
que se prende y nunca se apaga.
Gotas empapadas mojan su tabaco
a lo largo, pero este persiste con
la energía que le otorga segundo a
segundo ese aliento,
sin consumirlo nunca.
Inevitablemente,
la muerte le está destinada
en un cigarrillo eterno que
acabará por consumirlo a él.
Se deja engañar por su suavidad,
calidez y protección,
depositando allí sus vanas
esperanzas de llegar
seco a su casa...
y llega muerto.

btemplates

0 comentarios:

Publicar un comentario